lunes, enero 28, 2008

Renunciando a la agenda…

A algunas personas les funciona una agenda, pero creo que no es mi caso. Llevé una los últimos 6 meses del año pasado y resulta que, la situación fue la siguiente: olvidaba anotar los pendientes, por lo tanto, olvidaba los pendientes; olvidaba revisar la agenda, por tanto, olvidaba las fechas importantes; la llené de post-it tomando notas que luego resultaban inservibles y me deprimía cada vez que tenía que marcar con una “x” las tareas y pendientes que, por alguna razón, no pude completar.

Así que he decidido renunciar a la agenda. Ahora, en cambio, prometo: marcar en el calendario (que sí veo a diario) las fechas importantes; dejar menos pendientes para no olvidarlos; hacer más cosas espontáneas para evitar “escribirlas para otro día” y, sobre todo, prometo postear los pendientes con color rosado, así, al verlos trataré de resolverlos enseguida y ya no tendré pendientes (además dejo de ver el color rosado sobre ellos).

PD.: Ya sé que siempre habrá pendientes y que esta solución solo funciona a corto plazo, pero la idea en realidad es tener una “agenda tan apretada” que ni siquiera tenga tiempo de escribir en ella.

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