Hoy me he despertado con la noticia de que pertenezco a un nuevo signo zodiacal. Al igual que yo, según la redefinición del calendario del zodiaco, todos los nacidos entre el 29 de noviembre y el 17 de diciembre ahora pertenecen al signo “Ofiuco” que augura muchas buenas vibras a sus pupilos. Así que, a partir de ahora, si soy parte del 30% de las personas que creen en las predicciones, todos mis problemas se acaban de resolver; cito textualmente: “Ahora todo lo nuevo Ophiciuchi puede ir más allá de las crisis de su identidad”.
La vida te da sorpresas, menos mal que no me había tatuado a Sagitario.