Se supone que debería comenzar diciendo: “Hola, soy Milia, y ya tengo un blog!, pero, de seguro, eso ya lo notaron. Jamás he visto el inicio de un blog, así que ignoro cómo comenzar éste. Todo lo que sé (según recuerdo de mi clase de redacción en secundaria) es que debe ser algo impactante, para asegurar visitas futuras de los lectores.
Ya han pasado 2 horas, 45 minutos, desde que escribí el primer párrafo y aun no tengo nada impactante qué colocar, salvo algunas cosas que he escrito y elegido al azar para las primeras entradas.
Acabo de recordar, sin embargo, que igual nadie tendría porqué enterarse que recién estoy comenzando mi blog; es más, ustedes ni siquiera tendrían que saber que estoy pensando en voz alta. Así que…por cierto, esto me recuerda la última vez que pensé en voz alta; fue cuando meditaba acerca de que talvez con una imagen impactante podría subsanar el problema de mi entrada triunfal al inicio de este blog, por eso de que “una imagen vale más que mil palabras”. Solo que, dos horas más tarde me encontraba riendo sola al leer HOLA NUEVO DÍA de Yaqui Núñez, quien, en su artículo “El poder de la palabra” citaba a García Márquez diciendo:
“…los mayas conocían las palabras desde los tiempos de Cristo y hasta le tenían un dios para ese poder de la palabra. Por tanto, en el siglo XXI se mantendrá el imperio de la palabra sobre la imagen…”
De igual manera Wittgenstein escribió: preguntar qué es una palabra es tanto como preguntar qué es una pieza de ajedrez.
Como queriendo dejarnos la metáfora de que una palabra, pieza de un juego de comunicación tan inteligente como el ajedrez, siguiendo ciertas reglas, tiene el poder y la capacidad de reducir la potencialidad del contrario.
Convencida estoy, pues, de que mi entrada inicial dependía más de palabras que de una imagen (sin restar crédito, claro está, a lo que una buena imagen puede decir), y de que el buen comienzo lo aseguran las entradas posteriores (a modo de backsliding). Así que, Adelante!!!
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