martes, febrero 17, 2009

La ruta metro

La ruta Máximo Gómez – Villa Mella, actualmente ocupada por el metro, está sufriendo de una pérdida monetaria a causa de la escasez de pasajeros que ahora prefieren “subirse al progreso”.

Las guaguas están vacías, por lo que han decidido reducir el precio del pasaje de 23 a 10 pesos. Los choferes alegan que el metro los está dejando sin ganancias, pero aquí lo único cierto es que, aún con una reducción en los precios del pasaje en más de un 50% el negocio sigue siendo rentable. Lo que evidencia que los pasajeros estaban siendo estafados y, además, pagaban por un pésimo servicio.

Lo bueno de la competencia es justamente que nos hace competitivos. Si la ruta no puede adaptarse a brindar un mejor servicio, sin importar el precio del pasaje, terminará desapareciendo. Pero como la mayoría está conforme con la ruta del metro que continúe el circo entre progresistas y sindicalistas: no tendremos otros diez metros en los próximos cinco años, pero las demás rutas tendrán que aprender.

viernes, febrero 13, 2009

Enamórame

Esto ya parece un camino hacia el laberinto, un juego de adolescentes; me miras, no te miro, te estudio de reojo y sonrío.

Rompe el hielo que me muero por escribir una historia contigo.

lunes, febrero 09, 2009

Una buena excusa…

Nunca he dudado de la maravillosa capacidad de inventiva de mis compatriotas; inventiva que se hace evidente en las personas que circulan en las calles y lugares públicos “solicitando una contribución monetaria” bajo la excusa de una enfermedad degenerativa, una operación que nunca llega o cualquier otra hierba aromática producto de que algún santo se pose sobre su cabecita y le provea brillantez a sus ideas.

Supongo que no es preciso abundar sobre las historias que se han inventado, porque la mayoría de nosotros ya ha sido víctima de esta no tan nueva forma de extracción de divisas ajenas. El punto es que ya no se a quién darle.

Reconozco que debe haber mucha gente necesitada, que come con limosnas y que, talvez, no necesita mucho para sentirse feliz. Pero también sé que hay otras formas más honestas de conseguir “el pan de cada día”. Sé también que si le doy, estoy contribuyendo a mantener la cultura paternalista existente en el país y estoy alimentando parásitos sociales que más adelante no tendrán una idea del valor del trabajo y del sacrificio para conseguir lo que se desea.

Así que, tomando en cuenta que es prácticamente imposible distinguir quién realmente necesita y quién solo se aprovecha, yo también necesito una buena excusa para no dar, preferiblemente que supere la de ellos para pedir. Debe ser algo simple y directo; la idea no es herir su susceptibilidad, sino, simplemente, no contribuir a todo lo mencionado anteriormente sin tener que arrojar un tajante y seco No, mentir con un No puedo, y así evitar los posteriores remordimientos de conciencia.

Una buena excusa es todo lo que necesito para refutar esas complejas y repetidas historias que apelan a cualquier situación para llegar directo a nuestros sentimientos y que nos hacen pensar que el pordiosero que anda pidiendo en la calle, para la leche de un niño no visible en el momento, es distinto al señor bien portado y bien vestido que ejerciendo un cargo importante en el gobierno nos estafa descaradamente.

miércoles, febrero 04, 2009

Menudo

De ahora en adelante empezaré a guardar las mentas que me regalan por si algún día me falta dinero en el supermercado; creo que es completamente justo que si una cajera me devuelve con mentas cuando no tiene cambio, entonces yo haga lo mismo y pague con ellas.

Devolver con mentas sobrevaluadas se convierte en un método absurdo e insultante en la medida en que se premedita: ¿porqué las cajeras tienen al lado de la caja una funda de mentas – de no muy buena calidad - en vez de una funda de monedas? Y, además, lo hacen sin preguntar y con tal naturalidad que no dejan ninguna opción más que aceptar “el regalo” con cortesía.

Estimo que el afán de las cajeras por “complacer” a los clientes no tiene precio, en especial si se compara con lo que se recauda si cada persona que compra deja uno o dos pesos por falta de cambio. Pero debido a que las personas que suelen reclamar sus derechos les tildan de busca-pleitos, les estaré escribiendo próximamente un artículo (los que usan – incluyéndome - el transporte público en este país saben perfectamente de qué trata) titulado “El valor del dinero”.