El top ten

Mientras leía hace algunos días un reportaje sobre Libros que cambian vidas, realizado por Benjamín Prado, me pareció simpática la manera con la que el periodista español introducía su artículo y decía que “El ser humano es un animal que nace, crece, se reproduce y hace listas. Será porque no podemos resistirnos a transformarlo todo en una competición o porque el mundo necesita ganadores...”. Y creo que tiene razón, pero, más allá de hacerlas, nos encanta ser sus espectadores: disfrutamos enormemente de verlas y leerlas.

Las listas venden, no hay duda. Esto es fácilmente demostrable por las revistas de espectáculos cuyos números de los famosos top ten, presentados mayormente a finales de un año y principios del siguiente, rompen cada temporada su propio record de ventas. Lo mismo sucede con las emisiones de programas de televisión que presentan listas: a través de la historia han reportado los más altos ratings.

El correo electrónico también se ha hecho eco de las listas haciendo posible que se intercambien decenas de ellas diariamente entre los usuarios. Sin duda las listas se prestan para un formato más simple y ligero de transmitir información resumida.

Los 10 mas bellos, las 10 mejor vestidas, el top ten de la música latina y 10 pasos para ser feliz son sólo algunos ejemplos de los titulares de las listas mas populares en los medios de comunicación que atraen totalmente la atención de los fanáticos. Confieso que se me ha hecho difícil resistirme a colocar mi propio top ten, pero muy probablemente, y aunque sea solo como un ejercicio de memoria, voy a intentar contestarme a la pregunta de Prado de qué 10 libros marcaron mi vida.

Otra oportunidad…

Despertar; darse vuelta, arroparse de nuevo y reacomodarse. Y entonces darse cuenta de que, entre cada despertar de un sueño bueno y otro no tan bueno, es posible seguir soñando y ver que la vida siempre te guarda una razón para pensar que tiene sentido.

Desde lejos…

Era ese, sin duda, el momento perfecto. La culminación de una larga espera. Permanecieron juntos, inmóviles y callados. Se moría por saber lo que estaba pensando, pero no se atrevió a preguntarle. El silencio los hizo cómplices. Tantas cosas que pudo haberle dicho y ninguna le pareció apropiada para interrumpir aquella velada.

¿Estas Cansada? Le preguntó mostrándose interesado por su estado de ánimo; ella no hizo más que asentir – pensando que cualquier cosa que pudiera decirle en ese momento sería tan estéril como permanecer en silencio-. Inició entonces un viaje interminable apoyándose únicamente en su imaginación y el aroma que de él respiraba. Creó el escenario perfecto – aún más que el que estaba viviendo en ese momento en que se encontraba a veinte centímetros del perfil de su sonrisa y sus brazos se rozaban suavemente -.

Que torpe el destino y que destino el que me depara la vida, pensó. Y pensó más - mucho más de lo que había soñado cuando llegara un día como ese; excepto porque cuando soñaba recibía respuestas, y aquí no las tuvo -, sólo que, antes que buscar respuestas a las preguntas que tenía, prefirió regalarle una y otra, y otra de sus mejores sonrisas, de esas que ocultan el miedo y la impotencia, sin esperanza alguna de ser correspondida.

Tanto tiempo esperando por ese momento para finalmente decir nada.

Hoy no…

Si tú eres una de las personas que se levanta pidiéndole a Dios por un mejor día, suerte en el trabajo, sacarte la lotería y quien sabe cuántas cosas más, te invito a no hacerlo hoy; ahora imagina que la mitad de las personas de este país hicieran lo mismo.

Hoy no voy a pedir nada. No voy a quejarme por lo mal que van las cosas, ni por lo que no tengo o por lo que quiero y no he alcanzado. Hoy no voy a criticar la negligencia de las autoridades, ni la inconciencia en las personas, ni voy a reprochar la falta de sentido común que comparto con algunos a mi alrededor.

Es muy egoísta creer que Dios está sentado esperando a nuestras peticiones para cumplirlas inmediatamente. Si por un momento pensara en no pedir nada, solo en dar y agradecer por lo tengo, que distinto sería todo…hoy no voy a pedir nada, hoy solo voy a agradecer porque al menos tengo conciencia.

Álvaro y las Monserrat

Ya sabía yo que comprar zapatos es la actividad mas gratificante del arte del consumo; y de hecho, hay algo en una zapatería en especial que me atrae de una manera prodigiosa. Es algo mágico.

El sábado, estando allí, conocí a Álvaro…fue cuando al preguntar por uno de los chicos que fue por unos zapatos al almacén y me había dejado esperando por mas de media hora – esto no está incluido en lo de mágico y prodigioso - otro de los que ahí estaban me dijo que debía ser Álvaro, el mas lento y calmado de todos.

El que me había plantado no era Álvaro; pero en fin, mucho sí hablamos y terminé comprándole unas Monserrat. Álvaro sin duda me recuerda a mi voz interior – y no es precisamente porque me dijo insistentemente que comprara unos zapatos y elogió lo bien que me quedaban los que elegí – o más bien creo que era otra su vocación – tal vez por eso lo de lento y calmado-.

Así que, finalmente, salgo de la zapatería con mi canción favorita del momento en el teléfono, unas Monserrat que pienso estrenar esa misma tarde, y la frase de despedida de Álvaro que me dijo – cual si fuese mi voz interior - cuando mientras pagaba me quejaba por mis problemas: Tu vida aun es fácil. Lo pienso todavía, sobre todo porque eso ya me lo habían dicho hace tiempo y, muy probablemente, me lo seguirán diciendo cuando hayan pasado algunos años más.

No te rindas!

Intenta ver como regresa
Pídele el perdón que te negó aquel día
Confiésale que desde ese momento, nada ha vuelto a ser lo mismo

Dile que comes poco y duermes menos desde que se ha ido
Que solo en su ausencia has conocido la soledad
Cuéntale que todo lo que te rodea tiene su olor y te lleva al recuerdo

Dile que aunque extrañas muchas cosas no has vuelto a hacerlas
Vamos! Dile que es sensacional, especialmente cuando sonríe
No le ocultes que jamás como ahora habías tocado fondo

Pero también dile que el vacío te ha hecho fuerte
Dile que aprendiste a ver la vida de una manera más racional
Y que todo lo que antes te perturbaba, ahora ya es pasado

Dile, que, aunque te dolió su partida,
No volverías el tiempo atrás
Pero que no imaginas un futuro sin verle

Situaciones…

El amor se manifiesta de diversas maneras…hasta con unas berenjenas saladas:

- Mi amor, me gustaría saber en qué estabas pensando cuando dejaste salar las berenjenas…

- Mi amor, si mal no recuerdo, estaba pensando en ti…

…

- Sabes, creo que he dejado de quererte…

- Sí, lo se. Por eso las berenjenas…