Es difícil resistirse a la tentación de gritar a voces “una casa” ó “un carro” si un genio te ofrece cumplirte un deseo inmediatamente. Pero en mi caso, he decidido cambiar el orden de mis prioridades y ceder la casilla del primer lugar a mi tranquilidad interior.
Mi deseo sería adelantar el tiempo al 16 de mayo. La satisfacción de trasladarnos al día de las Elecciones Presidenciales resulta tan placentera como estrenar un carro nuevo. Esto es debido al estado de tensión que provoca en los ciudadanos que, entre otras cosas, 23 personas se estén postulando a la Candidatura Presidencial (típico de nuestro país).
Eso sin mencionar la publicidad. El país esta infectado de tantas vallas y carteles por doquier. Nos llenan la televisión de comerciales que carecen completamente de sentido común, que insultan nuestra inteligencia y que, asemejan a un cuadrilátero de lucha libre, exponiendo a sus protagonistas (los candidatos) a hacer el ridículo.
Acaso no saben que no necesitamos que se asemejen a nosotros, sino que nos enseñen la forma correcta como los queremos ver, y que cumplan su verdadero papel de hacernos sentir representados.
Es una lastima que lo bueno dure poco, sabiendo yo que, dentro de 2 años, las Elecciones Congresuales y Municipales causan una situación similar, y esta vez, con 3 veces más candidatos. Así que me tocaría hacer lo mismo que hacemos siempre cuando nos dan algo: querer más. Si pudiera pedir un deseo cada 2 años, definitivamente, prefiero seguir trabajando para comprarme la casa y el carro nuevos, y pedir el mismo.
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