miércoles, mayo 13, 2009

Aprender a mentir II


Puedes llegar a ser tan mentiroso como tu capacidad de remordimiento lo permita. Como dice el Padre Manolo: “el peor pecado es aquel al que te acostumbras”.

Tu facilidad para engañar depende del grado al cual te conozcan…si es alto, ya no les puedes mentir. Te puedes volver experto en mentir, pero también en reconocer mentiras. Aprendemos a reconocer en otros nuestros propios errores.

Tal vez con cada mentira que decimos estamos aprendiendo a mejorar, pero, qué hay detrás de la mentira?

* Desde el punto de vista del insulto a la inteligencia, no es agradable descubrir que te están mintiendo, que están tomándote como estúpido; así que, usualmente preferimos que al mentirnos no dejen huellas para no sentir que la inteligencia del que miente es superior y que la propia esta siendo pisoteada.
* Desde el punto de vista de la confianza, - y entendiendo como confianza que es algo que puede durar años en construirse y podría destruirse para siempre en solo un segundo-, la frase de Pablo Mckiney resume: “No es que me hayas mentido, es que ya no podré volver a confiar en ti”.
* Desde el punto de vista de la credibilidad, si muchas personas piensan lo anterior de ti, entonces estás en problemas.

Por más que uno, para mentir, llegue a dominar los 20 músculos que controlan las expresiones de la cara, los ojos no mentirán”. Yaqui Núñez

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