miércoles, septiembre 30, 2009

La naturaleza del servicio…

El común denominador en las personas que solicitan algún servicio en entidades bancarias o de comunicaciones, es que todas firman el contrato sin leer las bases que aparecen al dorso en Arial 8. Pero esto no siempre es culpa del nuevo usuario, en ocasiones simplemente es porque “así es como son las cosas”.

Mi experiencia más reciente con esta clase de situaciones fue cuando solicité una cuenta de ahorro en un reconocido banco. Luego de haber firmado unas seis o siete veces, me dispuse a cumplir mi cuota de ciudadana responsable y leer el extenso contrato –que nadie lee y que ante cualquier reclamo la persona de servicio al cliente te recuerda que firmaste- antes de firmar unas tres veces más. Entendí solo una cuarta parte de lo que alcancé a leer –pues todo estaba en un lenguaje bancario muy técnico- justo antes de ser interrumpida por quien me asistía.

-¿Srta., es que acaso usted piensa leerlo completo?
- Disculpe, pero, ¿no es eso lo que se supone que haga antes de firmar?
- Sí, pero tenemos otros clientes esperando…

El derecho ajeno empieza donde termina el mío, justo antes de leer completo mi contrato de solicitud de cuenta en el cubículo de una Express Servicio al cliente (cuya rapidez, bajo cualquier otra circunstancia, no me importaría).

2 comentarios:

Clawer dijo...

Jajaja que gracioso. Eso me recuerda mi primer empleo, cuando la jeva de la AFP me introdujo al sistema de seguridad social. Cuando la jeva noto que yo me disponía a leer el kilométrico contrato completo se ríe y me dice: “Si tu quiere léelo pero hay que fírmalo obligao”

Milia dijo...

Jajajaj...

Es que acuerdate que “así es como funciona”.