martes, septiembre 22, 2009

En el dentista…

Una cita significa pura y simplemente que TIENES QUE IR: no existe otra explicación que te haga ver un lado positivo a una visita al dentista. De hecho, hacer la cita solo es una especie de recordatorio personal porque el sistema funciona por orden de llegada.

Llegar a la no cita supone solo dos cosas: la increíble sensación que aguarda a la satisfacción del deber cumplido y una interminable espera.

Ya es mi turno y, casi sin darme cuenta, estoy sobre el Belmont amarillo de mi risible doctor. El panorama no puede ser peor: estar acostada con más de dos aparatos en la boca, un gel con nombre impronunciable y la recomendación de uso de enjuague fluorado para evitar la desmineralización. El diagnóstico del día es estirar las bandas para corregir el Overbite. Mi saliva está flotando en el aire, y mi doctor está haciendo chistes -con frecuencia sarcásticos- esperando además que yo responda de algún modo (¿Acaso espera que me ría? ¿Humillante describiría la situación?) Tranquila Milia que todo esto es por tu bien.

El final no es nada color de rosa. Antes de irme tengo que hacer mi no cita para el próximo mes y además recibo la noticia de cuánto tendría que pagar para hacerme la cirugía de extracción de cordales (¿Extracción de cordales? ¿Será tan terrible como suena?).
Recordaba aquella cifra y se mezclaba en mi cabeza con el Overbite mientras la repetía una y otra vez en mi fuero interno. Por fin fuera del consultorio; y me descubro riéndome del chiste del Doc.

2 comentarios:

Clawer dijo...

Puede ser aun peor, el Doctor puede ser tu mejor amigo y en tu primera no cita sacar una jeringa tamaño familiar y decir: “bueno viejo mira, con esto se carga la anestesia, general mente no se le muestra al paciente, pero quería ver tu cara de susto. Abre la boca”. Y preguntar ¿te duele? , a sabiendas de que le dirás que Si, solo para poder decir: “Jejeje yo lo se.” Podría continuar contándote me traumática experiencia pero eso seria otro post.

Saludos.

Milia dijo...

Jajajja...vaya! Me alegra saber que no soy la única.

Gracias por la visita...