Estamos viviendo tiempos de crisis. Eso dicen los periódicos, los comentaristas, los vecinos y todo el resto. Son tiempos en que se controla el gasto nacional, se crean medidas impositivas referentes al consumo, las empresas recortan el personal para “amortiguar una mejora” en sus demás empleados, entre otras.
Los tiempos de crisis nos cambian la vida, pero no cambian nuestros sentimientos. Al contrario, cada vez se vuelve más difícil entender las cosas más simples. Nos pueden obligar a aceptar que hay crisis, pero no pueden dirigir la manera de sentirnos y reaccionar ante ello. Las relaciones interpersonales deberían seguir siendo las mismas, o cuando menos, estrecharse mas.
Los tiempos de crisis nos cambian la vida, pero no cambian nuestros sentimientos. Al contrario, cada vez se vuelve más difícil entender las cosas más simples. Nos pueden obligar a aceptar que hay crisis, pero no pueden dirigir la manera de sentirnos y reaccionar ante ello. Las relaciones interpersonales deberían seguir siendo las mismas, o cuando menos, estrecharse mas.
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