viernes, marzo 20, 2009

Nos pasa a todos...

Nos dormimos en los laureles de la fantasía, que pintaba de rojo la inmensidad, y ahora ya no sé cómo describirlo. De pronto las palabras se vistieron de dulzura, parecía como si la inspiración azotara su ropaje por todo lo alto de la isla y de vuelta a ella. Entonces al volver, se cruzaron inesperadamente las alas de la esperanza que vuelan en sentido contrario. Y ya no basta con solo ser sensatos, también es preciso ser sinceros y admitir que nos ganaron las ganas de evitar ser flechados.

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