Tomado de A LA MODA NOVIAS (año 7. no. 25.)
Por: Cherny Reyes, Editor
El gran “sí” a la inteligencia
La inteligencia siempre me ha parecido uno de los valores más apreciables y sexy de la dotación humana. Muy personalmente pienso que una alta dosis de materia gris es el equivalente social a sacarse la lotería sin pagar por el billete. Como una especie de bono o paquete de beneficios repartidos al azar entre unos cuantos privilegiados. Pero al parecer en las sociedades civilizadas la inteligencia se ha convertido en un bien subestimado y en una especie de repelente de hombres. Un estudio realizado por cuatro universidades británicas demostró que las mujeres más inteligentes están condenadas a quedarse solteronas. Según la investigación, las posibilidades de caminar al altar son un 40% menores si ellas deciden continuar sus estudios superiores e ingresar en la universidad. Los expertos fundamentan su explicación en que los varones prefieren mujeres que se asemejen a sus madres, y que les den apoyo en la casa cuando salgan a trabajar. Otra explicación es que las mujeres cerebrales pasan más tiempo estudiando que otras, y por lo tanto retrasan su matrimonio más allá del punto de su máximo atractivo y de su mayor fertilidad. Permítanme entenderlo, la lógica es que para que las acciones de una mujer suban en el mercado del matrimonio, ellas necesitan invertir en sumisión y estar dispuestas a convertirse en amas de casa convencionales?
Me pregunto, el nuevo ideal de mujer es una extraña mezcla de los atractivos de Pamela Anderson con el cerebro de un vívere (bueno, sin ofender al vívere)? Atentan los deseos de superación de una mujer con la idea de un matrimonio feliz? Es la fertilidad un requisito para compartir una vida con tu pareja? Si es así, yo creo más en una soltería consciente, gobernada por el cerebro, que en un matrimonio regido por urgencias de procrear o por los temores de una masculinidad amenazada. Piénsalo, un hombre que piense que eres demasiado inteligente como para estar a su lado, lo hace a él un bruto. Y tú te mereces algo mejor, amiga. Recuerda: la idea del matrimonio es inteligente siempre y cuando sus miembros estén a la altura.
Por: Cherny Reyes, Editor
El gran “sí” a la inteligencia
La inteligencia siempre me ha parecido uno de los valores más apreciables y sexy de la dotación humana. Muy personalmente pienso que una alta dosis de materia gris es el equivalente social a sacarse la lotería sin pagar por el billete. Como una especie de bono o paquete de beneficios repartidos al azar entre unos cuantos privilegiados. Pero al parecer en las sociedades civilizadas la inteligencia se ha convertido en un bien subestimado y en una especie de repelente de hombres. Un estudio realizado por cuatro universidades británicas demostró que las mujeres más inteligentes están condenadas a quedarse solteronas. Según la investigación, las posibilidades de caminar al altar son un 40% menores si ellas deciden continuar sus estudios superiores e ingresar en la universidad. Los expertos fundamentan su explicación en que los varones prefieren mujeres que se asemejen a sus madres, y que les den apoyo en la casa cuando salgan a trabajar. Otra explicación es que las mujeres cerebrales pasan más tiempo estudiando que otras, y por lo tanto retrasan su matrimonio más allá del punto de su máximo atractivo y de su mayor fertilidad. Permítanme entenderlo, la lógica es que para que las acciones de una mujer suban en el mercado del matrimonio, ellas necesitan invertir en sumisión y estar dispuestas a convertirse en amas de casa convencionales?
Me pregunto, el nuevo ideal de mujer es una extraña mezcla de los atractivos de Pamela Anderson con el cerebro de un vívere (bueno, sin ofender al vívere)? Atentan los deseos de superación de una mujer con la idea de un matrimonio feliz? Es la fertilidad un requisito para compartir una vida con tu pareja? Si es así, yo creo más en una soltería consciente, gobernada por el cerebro, que en un matrimonio regido por urgencias de procrear o por los temores de una masculinidad amenazada. Piénsalo, un hombre que piense que eres demasiado inteligente como para estar a su lado, lo hace a él un bruto. Y tú te mereces algo mejor, amiga. Recuerda: la idea del matrimonio es inteligente siempre y cuando sus miembros estén a la altura.
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