domingo, junio 13, 2010

Una historia que contar…

La chica de las historias, como la llaman sus amigos, en realidad lleva por nombre Helen C. La conocí en mi último viaje al interior del país. Helen C. ha esparcido su vida en todos los lugares en donde ha estado, suele contar cada suceso a cualquiera que ha tenido un –quizás muy breve- contacto con ella.

El Cajero del Supermercado, El Cantinero del bar, la señora que le vende el café por las mañanas, o aquel que, al igual que ella, espera por el lavado de su vehículo. Todos han sido testigo de sus cómicas andanzas, sus encuentros furtivos y sus más penosas situaciones.

Sus interlocutores no tienen distinción de raza, edad, sexo…solo son personas dispuestos a escuchar, y en ocasiones a aportar algún comentario o consejo. Se preguntaran qué es lo que hace tan feliz a Helen C. contar su vida: aparte de que -cual si fuese una Geisha- tiene un encanto único como narradora, esto la ha convertido en una chica libre de sus pensamientos, no tiene pasado, no guarda nada para ella, todo lo comparte, todo; sin inhibiciones ni remordimientos; no hay secretos, no hay temores.

Esto es lo que me conto: “Hace unos días me encontré con una chica en la librería que me reconoció, y me pregunto si podía decirle en que había acabado esa historia que le conté un par de semanas atrás sobre aquel hombre apuesto que me invito a salir, a pesar de que yo sabia que era casado. Pero yo le respondí que para ella tenia otra historia, que esa ya se la había contado a alguien mas…”.

2 comentarios:

Clawer dijo...

hey eso no se hace. intrega en aumento

Milia dijo...

Si, verdad!?!?! :)