Veía llegar a alguien en la esquina
Y por un instante me pareció que eras tú
Aunque estaba oscuro, distinguí tu misma
forma
Fue esa figura esbelta que igual me enamoró
No tenía tu fuerza, aunque sí tu calidez
Esa mirada intensa la revivía otra vez
Tus gestos, ademanes, no tu pelo talvez
Su boca era la tuya, su firmeza también
Mi sonrisa se extasiaba lentamente
Quedé perdida en esta extraña sensación
Te observaba exaltada por un nerviosismo
absurdo
En realidad fue el aroma lo que te delató
Así concluyo que talvez eras tú mismo
Que solo eran los años que habían pasado
sobre ti
Y me doy cuenta sin pensarlo dos veces
De que una vez más te volvería a elegir.
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